Cuando el Padre apareció en el universo, este estaba todavía expandiéndose y prácticamente no había nada formado: ni galaxias, ni estrellas y, aun menos, planetas. Afortunadamente, como ser inmaterial y atemporal, no tuvo que esperar mucho para ver como se formaban las primeras galaxias con sus estrellas y planetas. Su poder era inmenso, podía realizar prácticamente cualquier cosa que se propusiese: viajaba por el universo de manera instantánea, movía las estrellas para formar nuevas constelaciones, destruía o movía planetas como si de pequeñas bolas de barro se tratasen. Pero estaba solo.
Estar solo le carcomía por dentro, se daba cuenta que todo el poder del universo no era suficiente para ser feliz. Necesitaba alguien que admirase la belleza de su obra, alguien con quien compartir sus creaciones y que fuese capaz de crear como Él. Es por ello que con su ilimitado poder creo a los Protectores: seres inmateriales como Él a los que cedió parte de sus poderes. A los primeros les dio la capacidad de moldear y transformar la materia, a los segundos les dio el poder de crear y moldear a las criaturas, a los terceros les dio el poder sobre los seres vegetales, a los cuartos les dio el poder del conocimiento y de la mente y, por ultimo, a los quintos les dio el poder del orden y el equilibrio.
Ahora ya no se sentía solo, los protectores le hacían compañía y le daban ideas sobre el universo. Entre ellos eligieron crear un nuevo mundo, lleno de vida y diversidad; con seres vegetales y animales, grandes formaciones naturales, continentes variados en tamaño y forma, etc. Para ello eligieron la constelación más hermosa de todas: «La constelación de Fon», ahí crearían su obra maestra. La constelación de Fon tenia siete estrellas dispuestas en forma de hexágono: seis estrellas formando los vértices y la séptima situada en el centro; era el símbolo de la perfección. Además, cada una de ellas irradiaba un color distinto: rojo, violeta, azul, cyan, verde y amarillo; la estrella central era la mas majestuosa de todas era una esfera totalmente blanca y brillante.

La constelación de Fon
Cada clase de protector tenia una estrella asignada, de la cual obtenían la energía para utilizar sus poderes. La estrella roja pertenecía a los que tenian poder sobre la materia (protectores rojos), la estrella azul pertenecía a aquellos que controlaban a las criaturas (protectores azules), la estrella verde correspondía a los que trataban con los seres vegetales (protectores verdes) y, por último, la estrella central era compartida por los protectores de la mente (protectores negros) y los del orden (protectores blancos). Ambos compartían estrella dado que se complementaban mutuamente: el conocimiento del funcionamiento y las reglas del universo pertenencia a los protectores negros y era usado por los protectores blancos para mantener todo en funcionamiento de manera controlada y equilibrada. Las tres estrellas restantes no pertenecían a ninguna de las clases de protectores, aunque las mismas eran una combinación de sus adyacentes y sugerían que los poderes se podían combinar o compartir.
Finalmente, el Padre ordeno a los protectores del orden y a los del conocimiento que coordinasen el trabajo de creación del nuevo mundo. Además, eligió a un protector de cada clase para ser el maestro y líder de su grupo, a estos se les conocería con el nombre de protectores mayores. Entre ellos eligieron un planeta perteneciente a la estrella central y lo llamaron Siag, que quiere decir: paraíso.
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